La revista TIME publicó su número dedicado a los inventos del año, y en el primer lugar quedó la prueba casera de DNA (o ADN para los puristas del español) llamada 23andMe. Esta prueba consiste en una caja que contiene un detallado (pero sencillo) manual, un tubo de ensayo especial y su respectiva tapa. El paciente (o el consumidor) tendrá que leer las instrucciones, escupir en el tubo, taparlo y enviarlo debidamente etiquetado de vuelta por correo a la compañía, para que luego ellos hagan todas las pruebas necesarias y en unas 4 a 6 semanas le informen de sus resultados (el usuario podrá acceder a sus resultados a través de internet). Los resultados incluyen 23 estudios clínicos que le podrán decir su predisposición a padecer ciertas enfermedades genéticas (o la posibilidad de heredarlas a su descendencia) por un precio de $399 dólares.
En un principio cuando leí la descripción de este invento pensé: - genial, estos tipos inventaron un tubo para escupir y el servicio postal, gran cosa. Después de pensarlo un poco, me di cuenta que era una idea genial ya que la mayoría de la gente teme ir a los laboratorios o simplemente busca pretextos para no ir. Siempre he pensado que un laboratorio con privacidad absoluta o sin contacto humano sería perfecto y pues... resulta que este invento es eso: una prueba en la que uno compra su caja, manda la muestra y consulta sus resultados en la computadora. No hace falta ir a ningún laboratorio, hacer cita, recoger los resultados y buscar a un doctor para que se los interprete. Con esta prueba usted ahorrará tiempo y estará en total control, pudiendo recibir información detallada de sus resultados en la comodidad de su casa. En resumen, me parece un invento genial, aunque sigo prefiriendo el iPhone (yo pensé que iba a ser el ganador del invento del año).
Fuente: Engadget
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